Acomodar Problemas Sensoriales en Su Hogar

Segúnuna historia de The Columbus Dispatch, una variedad de trastornos, como el autismo, pueden causar problemas con el procesamiento sensorial. Lo que esto significa es que las personas en el espectro del autismo pueden sobreestimularse fácilmente, lo que lleva a una reacción negativa. A veces, incluso un objeto tan cotidiano como una alfombra determinada o una luz muy brillante puede ser un detonante. Si vive con una persona con problemas de procesamiento sensorial, hacer algunos cambios en su hogar realmente puede marcar la diferencia al permitir que la persona se sienta cómoda.

Haciendo un Espacio Seguro

Tener una habitación en el hogar que se dedica a satisfacer las necesidades de un niño en el espectro del autismo no es necesariamente un proceso simple, pero la diferencia en la calidad de vida vale más que la pena. El primer paso es consultar a un experto para determinar las preferencias y necesidades sensoriales del niño. Ejemplos de cambios que se pueden hacer son la instalación de persianas para controlar la iluminación, cambiar los colores de las paredes a tonos más neutros, insonorizar, comprar electrodomésticos más silenciosos o garantizar métodos limpios de almacenamiento para evitar el desorden excesivo.

El objetivo final es desarrollar un lugar donde el niño pueda usar un refugio o espacio seguro. Muchos de nosotros tenemos nuestro propio espacio en algún lugar de nuestros hogares, ya sea una habitación o sofá acogedor, o incluso una silla favorita. Uno de cada 59 niños nacidos hoy está en el espectro del autismo, por lo que la necesidad de que los padres entiendan cómo responden sus hijos a los estímulos es primordial. Hasta el 75 por ciento de los niños que viven con autismo experimentan síntomas de trastorno del procesamiento sensorial.

No Hay Talla Única Para Todos

Un factor importante a entender es que las necesidades específicas del niño variarán caso por caso. Un estímulo que un niño puede encontrar agradable o relajante puede tener un efecto negativo en otro. Por ejemplo, algunas personas en el espectro autista disfrutan el movimiento de una mecedora o hamaca, pero esto podría ser desorientador para otros. El espacio debe adaptarse para satisfacer las necesidades y sensibilidades sensoriales del individuo. A veces puede ser una cuestión de experimentación, pero la diferencia en la calidad de vida dará sus frutos a largo plazo.

 


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