¿Es Posible «Entrenar» al Sistema Inmunitario para que Acepte Órganos Trasplantados?

Según una historia de independent.co.uk, trasplantes de órganos han sido responsables de salvar muchas vidas. Los trasplantes de órganos a menudo son una parte crítica del tratamiento para muchas enfermedades raras. En algunos casos, obtener un nuevo hígado o riñón puede significar curar una enfermedad rara; en otros casos, puede ayudar a un paciente a encontrar alivio de los síntomas o prolongar sus vidas significativamente. Por ahora y en el futuro previsible, los trasplantes de órganos continuarán siendo un componente crítico de la atención médica y el tratamiento de enfermedades.

Riesgos de Trasplante de Órganos

Sin embargo, el hecho es que los trasplantes de órganos conllevan algunos riesgos significativos. Un aspecto crítico de estas operaciones consiste en evitar que el sistema inmunológico del paciente reconozca el nuevo órgano como extraño y lo rechace. Esto se logra a menudo con medicamentos que suprimen el sistema inmunológico. Sin embargo, este enfoque viene con su propio conjunto de riesgos potenciales. Los receptores de trasplantes tienen un mayor riesgo de insuficiencia renal, cáncer, colesterol elevado, enfermedad cardíaca, infección y diabetes. Las tasas de mortalidad reflejan estos riesgos; Cinco años después de un trasplante de hígado, por ejemplo, casi una cuarta parte de los pacientes habrán muerto.

Encontrar una Mejor Manera

Sin embargo, los científicos esperan que haya un método mejor y más efectivo. La investigación, al menos por ahora, se centra principalmente en los trasplantes de hígado y riñón. Los riñones son el órgano más transplantado.

La pieza crítica en este nuevo enfoque es un tipo único y relativamente raro de glóbulos blancos llamado célula T reguladora. Estas células desempeñan un papel vital al ayudar al sistema inmunitario a reconocer que las células del cuerpo no son extrañas. Las deficiencias en estas células u otro deterioro de su actividad pueden conducir a enfermedades autoinmunes.

El enfoque implica aislar células T reguladoras de un paciente que está a punto de someterse a una operación de trasplante. Estas células se propagan en un laboratorio junto con algunas otras células que provienen del donante del órgano. Estas células T reguladoras se reintroducen en el cuerpo del paciente. Entonces pueden evitar que el sistema inmunitario considere al nuevo órgano como una amenaza.

Otro equipo está buscando hacer lo mismo pero con células dendríticas reguladoras. Un hombre llamado Michael Shaeffer se sometió a un trasplante de hígado que utilizó el nuevo enfoque. Desde la operación, que tuvo lugar en septiembre de 2017, ahora solo tiene que tomar una sola píldora para controlar el rechazo por día. Él está sano y vive activamente. Sin embargo, más pacientes de prueba tendrán que probar el nuevo enfoque a largo plazo.