Profesora Jubilada con Atrofia de Sistema Múltiple Desea una Muerte Asistida Médicamente

Según una historia de Southwest Journal, la profesora retirada Karen Warren fue diagnosticada por primera vez en el 2015 con atrofia de múltiples sistemas, un trastorno neurodegenerativo letal. La enfermedad conlleva un desagradable grupo de síntomas que hacen que los pacientes pierdan el control de sus cuerpos y mentes durante varios años antes de morir. Con este ominoso futuro en mente, Karen espera que, cuando llegue el momento, pueda recibir asistencia médica que le permita morir con dignidad.

Acerca de la Atrofia de Sistemas Múltiples

La atrofia multisistémica, también llamada síndrome de Shy-Drager, es un trastorno genético neurodegenerativo. Se caracteriza principalmente por la pérdida progresiva de la capacidad de movimiento y el control muscular voluntario. Desafortunadamente, poco se sabe sobre las causas de la atrofia de múltiples sistemas, y los investigadores aún tienen que identificar factores de riesgo claros. Los hombres son más propensos a verse afectados. Los síntomas son similares a la enfermedad de Parkinson, pero los medicamentos que pueden controlar los síntomas de Parkinson tienen poco efecto. Estos síntomas incluyen movimientos lentos, rigidez muscular, temblores, ataxia e inestabilidad postural. También pueden aparecer otros síntomas, como impotencia, parálisis vocal, problemas del tracto urinario, boca seca y capacidad reducida para sudar. El tratamiento es principalmente de apoyo; La terapia física, la rehabilitación y la terapia del habla son útiles para mantener el movimiento y otras capacidades. Existe cierta disparidad en la tasa de progresión de la enfermedad, pero la mayoría de los pacientes solo sobreviven entre 6 y 10 años después de su diagnóstico. Para obtener más información sobre la atrofia de múltiples sistemas, haga clic aquí.

La Historia de Karen

Cuando era profesora de filosofía, Karen solía discutir con sus alumnos las implicaciones morales de la eutanasia y el suicidio consensuales. Ella solía participar de una manera imparcial, simplemente provocando un debate reflexivo independientemente de sus propias creencias. Sin embargo, el tiempo para el debate ha terminado para Karen. Ella sabe que quiere elegir su muerte.

Parte de su decisión proviene de su experiencia en un grupo de apoyo para atrofia de sistemas múltiples en el que conoció a su colega Patricia Sturcken. Patricia había progresado mucho más que Karen, y su estado era grave. Estaba atrapada en una silla de ruedas y ya no podía respirar, comer ni orinar sola. Ella no podía hablar; ella apenas podía moverse Patricia estaba plagada de espasmos y calambres dolorosos gracias al daño en los nervios.

Mientras que Karen no tiene deseos de morir en este momento, ya que aún puede vivir con relativa normalidad, sabe que no quiere sobrevivir lo suficiente como para estar en tal estado. Existe un debate considerable sobre si las leyes del «derecho a morir» deberían ser la ley del país, pero para Karen, la elección es clara.


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