Según una historia de New Statesman, en el último mes se introdujeron una serie de nuevos medicamentos que podrían tener un impacto significativo en varias enfermedades tropicales peligrosas, como el Ébola y la tuberculosis. Si bien estas enfermedades, junto con muchas otras, han sido conocidas por la ciencia durante muchos años, el progreso en el tratamiento efectivo ha sido históricamente lento, principalmente por una razón: estas enfermedades afectan principalmente a los pobres y pobres de todo el mundo.
Un Fracaso de la Empatía
Todavía queda una hipocresía imperdonable en el orden internacional. Si bien la mayoría de los países desarrollados proclaman que todas las personas deben ser tratadas por igual y retratarse con entusiasmo como comportándose con este ideal, la realidad es mucho más sombría. Al final del día, los procesos de extracción y explotación que subyacen a nuestro sistema económico insostenible requieren que las vidas de muchos millones (si no miles de millones) en todo el mundo sean tratadas como desechables. Por lo tanto, el tratamiento de las enfermedades que afectan a los desfavorecidos y empobrecidos ha sido ignorado rutinariamente.
Una Nueva Esperanza
Pero ahora, finalmente, en el 2019, se están haciendo algunos progresos. Un nuevo medicamento para tratar el Ébola podría reducir drásticamente la letalidad de esta enfermedad viral, reduciendo la tasa de mortalidad de una de cada dos a menos de una de cada diez personas infectadas. Además, recientemente se ha desarrollado un nuevo medicamento que funciona contra las cepas de tuberculosis resistentes a los medicamentos.
Las enfermedades tropicales como la enfermedad del sueño, la oncocercosis y la elefantiasis experimentaron un resurgimiento de casos durante la década de los 80, pero epidemias más conocidas como el VIH/SIDA, la malaria, etc. acapararon la atención del mundo. Muchas de estas enfermedades menos conocidas son causadas por parásitos transferidos a los humanos por moscas o mosquitos.
Sin embargo, los esfuerzos recientes han marcado una gran diferencia; por ejemplo, solo se informaron 1,500 casos de enfermedad del sueño en el 2017. Otra enfermedad llamada gusano de Guinea, que una vez afectó a millones, pronto se eliminará por completo. La clave es que los programas de control exitosos deben mantenerse diligentemente hasta que se logre la eliminación. Además, las sociedades del mundo desarrollado deben hacer un trabajo mucho mejor a la altura de nuestros ideales y asegurarse de que estas enfermedades devastadoras ya no sean ignoradas solo por quién se ve afectado por ellas.