Estudio de la Semana: Los Científicos Descubren la Causa de la Misofonía

Bienvenido al Estudio de la Semana de Patient Worthy. En este segmento, seleccionamos un estudio sobre el que publicamos la semana anterior que creemos que es de particular interés o importancia y profundizamos más. En esta historia hablaremos sobre los detalles del estudio y explicaremos por qué es importante, quiénes se verán afectados y más.

Si lee nuestras historias de investigación de formato breve y desea obtener más información, ha venido al lugar correcto.

 

El estudio de esta semana es…

La base motora de la misofonía.

Anteriormente publicamos sobre esta investigación en una historia titulada «La Investigación Revela la Causa Detrás de la Misofonía» que se puede encontrar aquí. El estudio se publicó originalmente en la revista de investigación científica Journal of Neuroscience. Puede ver el texto completo de este estudio aquí.

El equipo de investigación estaba afiliado a la Universidad de Newcastle.

¿Que Pasó?

La misofonía es una condición única y poco entendida que conduce a estados emocionales fuertemente negativos para los pacientes cuando escuchan ciertos sonidos, particularmente los emitidos por otras personas. Si bien esto puede parecer una afección menor, puede alcanzar un nivel de gravedad que puede causar problemas graves a los pacientes y sus seres queridos. El origen de la afección no se comprende bien, y el equipo de investigación de este estudio buscó averiguar qué podría estar causándolo aprendiendo más sobre su mecanismo de acción.

En muchos casos, los sonidos desencadenantes suelen ser el resultado de los movimientos orofaciales de otras personas; masticar es probablemente el sonido de activación más común. Los científicos plantearon la hipótesis de que el sistema de neuronas espejo podría desempeñar un papel en el origen de la enfermedad. Estas neuronas se activan en el cerebro tanto cuando la persona realiza una determinada acción como cuando se observa a otra persona realizando una determinada acción. Los investigadores realizaron dos pruebas utilizando un grupo de pacientes con misofonía y un grupo de controles voluntarios: una comparación de resonancia magnética funcional en reposo y una comparación de resonancia magnética funcional evocada por sonido.

En la porción de resonancia magnética funcional en reposo, participaron 20 controles y 17 pacientes con misofonía. Para la porción evocada por sonidos, se reclutaron 20 pacientes y 22 controles. La prueba de resonancia magnética funcional evocada por sonidos incluyó grabaciones de sonidos desencadenantes, sonidos generalmente desagradables (por ejemplo, el llanto de un bebé) y sonidos neutros. Los hallazgos revelaron que no hubo diferencias en las reacciones de la corteza auditiva a los ruidos desencadenantes. Sin embargo, el estudio de resonancia magnética funcional en reposo reveló que los pacientes tenían un vínculo más fuerte entre las cortezas visual y auditiva y la corteza pre-motora ventral, que está relacionada con el movimiento orofacial.

Cuando se escucharon los sonidos desencadenantes, los pacientes también tenían una conexión más fuerte entre el área orofacial y la corteza auditiva. El área motora orofacial también se activaba con más fuerza cuando los pacientes estaban expuestos a ruidos desencadenantes. Los científicos concluyen que los cerebros de los pacientes con misofonía parecen estar ‘hiper-reflejando’ la actividad orofacial de las personas que los rodean, siendo el sonido específicamente la entrada sensorial en la que esto ocurre. Esta actividad cerebral adicional conduce a la reacción emocional negativa que experimentan los pacientes.

El Dr. Sukhbinder Kumar, neurólogo que dirigió este estudio, dice:

«Lo que estamos sugiriendo es que en la misofonía el sonido del disparador activa el área motora aunque la persona solo esté escuchando el sonido. Les hace sentir como si los sonidos se entrometieran en ellos».

Sobre Misofonía

La misofonía se propuso por primera vez como afección médica en el año 2000 y se caracteriza por sonidos específicos que desencadenan pensamientos negativos profundos, emociones e incluso reacciones físicas de los pacientes. Se sabe muy poco sobre la afección, que no está clasificada oficialmente como una afección auditiva o psiquiátrica, y no tiene parámetros de diagnóstico claramente definidos. Solo se ha realizado una investigación mínima sobre el tratamiento o su prevalencia. La causa y el mecanismo de la misofonía también sigue siendo un misterio, aunque puede implicar una disfunción del sistema auditivo central. La mayoría de los «sonidos desencadenantes» suelen tener un volumen bastante suave, y alrededor del 80 por ciento de ellos involucran la boca (por ejemplo, susurrar, hacer estallar chicle, masticar, sorber, sorber). El 60 por ciento eran sonidos repetitivos. Para obtener más información sobre la misofonía, haga clic aquí.

¿Por Qué eso Importa?

En el mundo de la medicina, el descubrimiento de la causa de una afección suele ser una piedra de toque clave para aprender a tratarla o curarla de manera eficaz. A partir de 2021, no hay terapias basadas en evidencia disponibles para la misofonía; Para escapar de los síntomas, la mayoría de los pacientes simplemente se ven obligados a salir de situaciones en las que podrían producirse los sonidos desencadenantes conocidos.

Es posible entrenar el sistema de las neuronas motoras, por lo que los pacientes con misofonía podrían «romper» el vínculo entre el sonido del disparador y su reacción. Algunos han aprendido que imitar el sonido de su gatillo puede ayudar a aliviar la reacción negativa y calmarlos. El hallazgo de la investigación también indica que la afección no es simplemente un problema de la corteza auditiva, y una terapia futura deberá tener en cuenta las áreas relacionadas con el movimiento también.

Si bien todavía hay mucho que aprender sobre esta afección poco entendida, los hallazgos de este estudio pueden ayudar a conducir a un futuro mejor para las personas que viven con misofonía.