Según una historia de biotech-now.org, el comportamiento de las compañías de seguros de salud en los EE. UU. Es solo uno de los muchos problemas que afectan a nuestro sistema de salud. Si bien los Estadounidenses pagan más por la atención médica que cualquier otro país, la calidad de la atención apenas está a la altura. Las compañías de seguros son, sin duda, parte del problema y sus prácticas regularmente evitan que los pacientes reciban la atención que necesitan y ponen en peligro sus vidas.
Nuevas Terapias, Impacto Reducido
El advenimiento de nuevas e innovadoras opciones de tratamiento, como la terapia génica, está mejorando nuestra capacidad para tratar enfermedades, pero los impactos de los últimos tratamientos se atenúan constantemente gracias a las prácticas de ahorro de los aseguradores, que harán lo que sea necesario para evitar ayudar a sus clientes a pagar por medicamentos costosos. Tome la terapia genética recientemente aprobada Zolgensma como ejemplo. Este medicamento anuncia un gran avance para el tratamiento de la atrofia muscular espinal, una enfermedad rara que habría sido una sentencia de muerte no hace mucho tiempo. Este nuevo tratamiento tiene el potencial de permitir que muchos pacientes vivan vidas mucho más largas y satisfactorias. Pero, por supuesto, no hace falta decir que este medicamento de un solo uso tiene un alto precio.
Lamentablemente, las compañías de seguros son reacias a ayudar a los pacientes a pagar un tratamiento tan costoso, inventando restricciones arbitrarias que, según afirman, se basan en hechos científicos. Las compañías de seguros han rechazado la cobertura del medicamento para pacientes considerados demasiado viejos o demasiado enfermos. Otros han decidido que los niños con tipos menos graves de atrofia muscular espinal no deberían estar cubiertos. Este tampoco es un comportamiento nuevo; Las aseguradoras también han discriminado a los pacientes con VIH y hepatitis C en el pasado.
¿Justificado por la Ciencia? Probablemente No
Algunos críticos citan la influencia creciente del Instituto de Revisión Clínica y Económica (ICER), que emite informes en los que se intenta calcular el verdadero valor de una terapia contra su precio. Cuando la organización emite un informe que dice que cierto medicamento no vale la pena, las aseguradoras lo usan para justificar evitar la cobertura. Desafortunadamente, los métodos que utiliza ICER para sacar sus conclusiones son confusos y han sido criticados por no ser científicos.
En última instancia, las decisiones de atención entre un paciente y un médico deben confirmarse, pero las compañías de seguros actualmente pueden interponerse en el camino con prácticas injustas como la terapia escalonada. Hace mucho tiempo que se realizan cambios fundamentales en nuestro sistema de salud para que las corporaciones obsesionadas con las ganancias ya no puedan obtener entre los pacientes y el tratamiento que necesitan para sobrevivir.