Nuevo Descubrimiento en Esponjas Marinas Podría Conducir a un Nuevo Tratamiento para el Cáncer de Ovario

Tendemos a soñar despiertos acerca de curas milagrosas para enfermedades raras y perjudiciales como el cáncer de ovario. A veces existen, pero a menudo es más difícil encontrar la combinación correcta de terapias para mejorar los resultados para los pacientes.

Un nuevo descubrimiento acaba de ser hecho por investigadores que trabajan en la Universidad de Queen en Kingston, Ontario para el cáncer de ovario. Mientras que no es una cura, los científicos creen que puede funcionar bien con los tratamientos que ya existen, lo que mejora los efectos de otros descubrimientos.

El hallazgo

Este descubrimiento se atribuye a una esponja marina, que se encuentra en el fondo del océano frente a la costa de Japón.

Los investigadores encontraron que esta esponja en particular transporta la toxina llamada mycalolide B. Cuando las células cancerosas se expusieron a esta toxina, se retrajeron. Esto limita la capacidad de propagación del cáncer.

Este hallazgo podría ser particularmente significativo para el cáncer de ovario porque a menudo se propaga tan rápidamente que se encuentra en una etapa muy avanzada antes de que el paciente sea diagnosticado.

Sin embargo, el ovario no es el único cáncer que este equipo está estudiando. Potencialmente, esta toxina podría usarse para tratar una amplia gama de diferentes cánceres metastásicos en combinación con otras terapias.

Las complicaciones

El primer problema con esta toxina es que no distingue entre células sanas y células cancerosas. Dado que ambos tipos de células tienen las mismas proteínas, la toxina tiene el mismo efecto perjudicial sobre las células sanas que queremos que tenga para el cáncer.

Para combatir este problema, los investigadores están trabajando para producir una versión de la toxina que solo ataca las células cancerosas.

Este trabajo se está completando en un laboratorio, que también es una solución al segundo problema de la toxina. Desafortunadamente, las esponjas son muy escasas, por lo que cosecharlas no es realmente una opción. Esta acción podría tener efectos extremos en el ecosistema y los científicos dicen que sería irresponsable tomar las esponjas sabiendo esto.

Pero, al hacer sintéticamente la toxina en un laboratorio, evitarían este problema.

Los investigadores creen que este proyecto puede tomar de cinco a seis años.

Aún queda mucho por hacer con respecto a este nuevo descubrimiento, pero el hallazgo en sí mismo es emocionante para la rara comunidad. Cada parte de la investigación es un paso en la dirección correcta para mejorar las vidas de los pacientes.

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