por Lauren Taylor de In The Cloud Copy

A medida que el mundo continúa observando los efectos del COVID-19 en todo el mundo, muchos se preocupan por infectarse. Un estudio de Australia tiene como objetivo comprender el impacto de la pandemia en las personas con trastornos de salud mental.

Si bien la pandemia ha causado un aumento de la ansiedad en la población en general por diversas preocupaciones, el efecto que está teniendo en quienes ya padecen trastornos del estado de ánimo es algo que también merece atención. Un estudio realizado en adultos que viven en Australia destacó este problema exacto.

Los que pudieron participar en el estudio eran adultos que vivían en Australia durante la pandemia. El estudio está en curso con planes para completar evaluaciones anuales hasta 2024. La encuesta comenzó en abril y estuvo abierta durante 72 horas. Se puso a disposición una nueva encuesta al comienzo de cada mes durante los próximos 12 meses, cuando comenzarán las evaluaciones anuales. Participaron 1,292 adultos que tenían un trastorno depresivo o trastorno bipolar autoinformado. Participaron 3,167 adultos sin ningún trastorno del estado de ánimo informado. Al comienzo del estudio, Australia promulgó restricciones que incluían órdenes de autoaislamiento, lo que significa que los residentes no podían salir de su hogar o lugar de residencia excepto para actividades esenciales.

Hallazgos Iniciales del Estudio

Las preocupaciones de que tanto la población general como las personas con un trastorno del estado de ánimo autoinformado eran las mismas: la muerte de un ser querido, el bienestar general de la sociedad, la salud de los seres queridos y el temor de que un ser querido se infecte con COVID. Aquellos con un trastorno del estado de ánimo autoinformado luego se preocuparon por la disponibilidad de recursos, el aislamiento y su propio bienestar y salud. Alternativamente, la población en general se preocupa más por la economía de su país que aquellos con trastornos del estado de ánimo.

Los pacientes con trastorno bipolar tenían mayores niveles de estrés y depresión y una mayor preocupación por el impacto financiero de COVID-19 que aquellos con solo un trastorno depresivo. Las mujeres con trastorno bipolar parecían experimentar niveles más bajos de depresión que los hombres con trastorno bipolar.

En general, los hallazgos sugieren que todas las personas con trastornos del estado de ánimo, pero especialmente los hombres, están experimentando algún grado de estrés psicológico como resultado de COVID-19 en comparación con otros en la población general. La salud de los seres queridos, los impactos de la pandemia en la sociedad y en ellos mismos, la capacidad de adquirir los recursos necesarios y las cargas financieras resultantes de la pandemia pesaron mucho en la lista de preocupaciones de las personas con trastornos del estado de ánimo.

El estudio está limitado porque todos los trastornos del estado de ánimo fueron autoinformados y los participantes no fueron encuestados antes del brote de COVID-19 y las órdenes de cuarentena.

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto masivo no solo en el mundo físicamente, sino también mental y psicológicamente. Los proveedores y los médicos deben recordar esto al tratar a los pacientes. Aquellos con trastornos de salud mental, ya sea antes de la pandemia o como resultado de la pandemia, deben comunicarse con los proveedores de atención médica que puedan ayudarlos en este momento difícil.

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