Según una historia de theage.com.au, un giro notable del destino reuniría a dos mujeres que de otra manera nunca se hubieran conocido, y les salvaría la vida en el proceso. Connie Severino, de 42 años, tenía fibrosis quística y sus pulmones comenzaban a fallarle. Karen Carey, de 52 años, tenía insuficiencia cardíaca en etapa terminal. Connie necesitaba nuevos pulmones y Karen necesitaba un nuevo corazón.
Sobre la Fibrosis Quística
La fibrosis quística es un tipo de trastorno genético que puede tener impactos en todo el cuerpo, pero se caracteriza principalmente por la acumulación de moco anormalmente espeso y pegajoso en los pulmones. Este moco se convierte en un caldo de cultivo fértil y hábitat para bacterias potencialmente infecciosas. Muchos pacientes deben tomar antibióticos durante gran parte de sus vidas. Este trastorno es causado por mutaciones del gen CFTR. Los síntomas de la fibrosis quística incluyen disminución progresiva de la función pulmonar, infecciones pulmonares y sinusales, tos con mucosidad, heces grasas, crecimiento deficiente, infertilidad en los hombres, dedos aporreados y problemas digestivos. El tratamiento incluye antibióticos y medicamentos o procedimientos destinados a mantener la función pulmonar. El trasplante de pulmón es una opción cuando la función pulmonar disminuye severamente. La esperanza de vida oscila entre los 40 y 50 años con buena atención. Para obtener más información sobre la fibrosis quística, haga clic aquí.
Karen y Connie: Un Donante Compartido y Rapidas Amigas
Al final resultó que, las dos mujeres pudieron obtener los órganos que necesitaban en la misma noche, del mismo donante. Karen dice que el conocimiento de que compartían órganos del mismo cuerpo ha creado un vínculo único entre ellas.
En ese momento, Karen y Connie habían vivido vidas muy diferentes. Karen tuvo hijos y se había casado tres veces. Mientras tanto, Connie, anticipando una muerte prematura debido a su diagnóstico, había evitado formar una familia. Karen dice que está muy inspirada por Connie, quien corrió una carrera llamada City to Surf en Sydney el primer año después de la operación.
Mientras tanto, Connie dice que también se sintió conectada con Karen una vez que supo que tenían el mismo donante. Connie dice que las dos están convencidas de que el donante era un hombre joven. Con su función pulmonar restaurada, Connie dice que ha cambiado su comportamiento simplemente porque hay mucho más que puede hacer. La experiencia del trasplante la hace sentir que Karen y ella misma han comenzado un nuevo viaje en la vida juntas; después de todo, muchos de los amigos de Connie que tenían fibrosis quística ya fallecieron.
La pareja ahora son buenas amigas; Connie dice que desearía haberse conocido 20 años antes.
